jueves, 30 de abril de 2009

Sindy


Nací en Distrito Federal, México, el 16 de septiembre de 1983, fui la torta antes del recreo, suelo ser impulsiva. Viví nueve años maravillosos allá, años clave para comenzar a descubrir formas de interactuar con el mundo. Viví en varios lugares: casa de mi abuela materna, casa de mi abuela paterna, casa de una tia, un cuarto en la azotea de un edificio e incluso un hotel.

Solía convivir mucho con mi abuela, ella fue como mi segunda madre. Podíamos caminar largas distancias camino a su trabajo, camino a la escuela o simplemente a dar un paseo, caminatas a veces en silencio y a veces con conversaciones. Solía interrumpirla por ejemplo para preguntarle por qué un señor no tenía un brazo, o por qué una señora no tenía piernas, la cuestión de las alteraciones físicas siempre me parecieron inexplicables. Mi mayor temor era siempre regresar a casa y que no hubiera nadie, tal vez por tantas mudanzas.
Tenía un tio que era radical izquierdista, él participaba en movimientos universitarios cuando estudiaba en la UNAM. Su hobbie era tocar la guitarra, en especial música trova y dibujar. No creia en la religión y nunca le gustó la palabra novia. Alguna vez me quizo enseñar a tocar guitarra pero en ese entonces no me interesó mucho; sin embargo, yo lo admiraba en silencio.

La primera vez que tomé una pluma por decisión propia fue a los ocho años, cuando decidí escribir un diario, después mi abuela descubrió y leyó el diario, así que decidí dejar de escribir. A los diez años volví a tomar una pluma y comencé a escribir pensamientos que no podía expresar de otra manera, siempre le he dado un gran valor a las palabras y a la forma en que estas se enuncian. Así, al escribir de la misma manera en que sentía como me iba relajando, sentía que iba encontrando belleza en mi interior.

Antes de comenzar a escribir, constantemente mis padres recibían reportes escolares; es muy distraída, parece que está en las nubes, decían los maestros. Siempre me gustó mucho jugar, mis juegos eran en su mayoría solitarios, aunque mas bien prefería sentarme en un lugar y pensar acerca de muchas cosas. Siempre me preguntaba porqué la gente hacia o decía tal cosa, qué estarían haciendo personas de distintas partes del mundo en el mismo momento en que yo estaba pensando en ellas, etcétera.

Llegar a San Luis Potosí fue algo a la vez novedoso y excitante como doloroso. Llegar sin conocer a nadie y tener ni un solo familiar cercano. Observar una ciudad “desierta” en referencia a donde antes vivía. Descubrirse a sí mismo es también excitante y doloroso, radica en ese sentido y en la duda de qué hubiera pasado si.., la concomitante de lo que ahora voy siendo.

Mis padres son referentes muy importantes en mi forma de ser, más no en mi forma de ver la vida. El perfeccionismo, la determinación, la intelectualización, la compasión, la justicia, la perseverancia, el amor, la melancolía, la soberbia, son algunas de las cosas de mis padres que arbitrariamente o no ahora son también parte de mí.

Desde muy pequeña mi objetivo en la vida fue el descubrimiento de mi misma y el aprendizaje constante. En la parte lúdica siempre me fue difícil concluir con las cosas que hacía, en tanto que en la parte intelectual podía pasar horas zambulléndome en mis propios pensamientos, poco hacía caso de los textos que leía, pues bastaba una sola línea para que a mi mente vinieran un sinfín de cosas por reflexionar.

Desde siempre mis actividades han sido más bien subterráneas y más bien para mí misma, así, me gustaba escribir, dibujar y leer. El primer libro que leí fue El Loco, libro que me fue regalado por mi padre, quien siempre me inculcó el hábito de la lectura.

El primer contacto que tuvo algún trabajo que hice fue en sexto de primaria, cuando participé y gané en un concurso de dibujo por la ecología a nivel nacional.

Al concluir con todos mis estudios básicos decidí no estudiar para el examen de universidad a diseño gráfico así que por dos años me encontré estudiando dibujo, pintura experimental y danza contemporánea. En ese entonces tenía 17 años. Fue una etapa de constante melancolía, por lo que difícil me era darle seguimiento continuo a las actividades que desempeñaba.

En 2003, poco antes de ingresar a la carrera en psicología, participé en la exposición pictórica colectiva “8 Formas de Moverte” para el departamento de gestión cultural de la UVM. Al ingresar a la carrera profesional me desconecté por dos años de la actividad artística, la cual retomé en 2005, en donde aprendí las bases de la danza flamenca y continué pintando de manera independiente, los cuadros que salían de ahí los vendía a un amigo quien a su vez los vendía en la calle junto con libros de doble uso. Estuve por tres años en cursos de danza contemporánea hasta que concluí con la licenciatura en psicología.

Actualmente sigo leyendo, sigo pintando, sigo escribiendo y sigo danzando, pero mi objetivo principal sigue siendo el mismo, aprender e ir siendo.

martes, 28 de abril de 2009

Claudita


Nací en San Luis Potosi el 17 de febrero de 1969. Crecí en una familia pequeña y mi niñez transcurrió de lo más recto que se puedan imaginar. Aunque ustedes no lo crean, es en serio, de veras: estudié desde el kinder hasta la secundaria en un colegio de monjas, en el Instituto Hispano Inglés, exclusivo para puras niñas aunque, bueno, mi salida de ahi fue por causa de mi mal comportamiento, el cual me llevó a estar en dos escuelas de nivel superior como el Tec Regional, donde me aventé año y medio en Turismo, hasta que me decidí a llegar a la Autónoma a ciencias de la comunicación, de donde tengo los más lindos recuerdos y aventuras...

Mi vocación en realidad era servir a Dios pero algo en mi interior, después de viajar por Europa a los 16 años, hizo que cambiara de opnión y vi con otros ojos la realidad de esta vida.

En la actualidad tengo 15 años de casada y una super hija, una niña inteligente, gran lectora y una incipiente investigadora, de la que espero sea una super profesionista. Trabajo en la uni del movimiento antorchista y hasta hoy le doy gracias a mis maestros, desde las del kinder hasta los de ciencias, por los regaños y tareas extremas, porque de ellos aprendí lo que en realidad un estudiante debe saber para poder enfrentar el campo profesionista.

jueves, 23 de abril de 2009

“¿O su esposa o su hija?”





(Circe y Tito)


“¿O su esposa o su hija?”, le dijeron a mi jefe, pero las dos nos salvamos. Quién iba a pensar que varios años después nos dejaría a las dos por voluntad propia, ja.

Pese al par de amenazas de aborto y la preclampsia que sufrió mi jechu, salí de mi bolsita amniótica a los 8 meses del regalo de cumpleaños de mi papá, según mis cálculos; de algunos cuantos centímetros y poco más de dos kilos, pero salí, a huevo. Desde entonces todo ha estado mal.

Son muchas las cosas que recuerdo de mi infancia, pero pocas de ellas son agradables, la neta. Por ejemplo, recuerdo que mis primos y yo nos cenábamos nuestro choco en la casa de mi abuelita mientras veíamos María la del Barrio (¡¿?!). O que mi papá me llevaba a “La Quemazón” y yo me robaba cosas; nunca faltaba que rompiera frascos de Nutella, mayonesa o cosas por el estilo. Nosotros rentábamos algunos cuartos de la casa en que vivíamos, y yo me iba al cuarto del Sr. Solís para agandallarme sus aceitunas, al cuarto de Don Jorge para agarrar ilícitamente sus galletas o al de Flor para que me pintara la boca y me peinara. De este estilo son los recuerdos positivos que tengo de aquella época.

Yo no era una niña sociable, ni tampoco era de las excluidas. Yo me excluía de todos porque así lo quería.

El niñito dios nunca me traía lo que le pedía, el ratón Pérez que se llevaba mis dientes siempre estaba en crisis económica y nunca me dejaba nada. Cuando eran fiestas de disfraces, mi mamá me ponía una estrellita en la frente y un antifaz, eso era todo. Cuando íbamos con el tío Jaime para jugar con él y sus hijos un fucho, a mí siempre me tocaban los balonazos. Yo era una niña muy nerviosa que se hacía pipí y a mi hermano le encantaba esconderse en donde fuera cuando salíamos con nuestros papás a pasear. Ya se imaginarán cómo me ponía cuando se le ocurría hacer sus travesuras.

Por cierto, mi hermano y yo éramos muy violentos. No nos llevábamos nada bien y creo que algo queda de eso. Cuando nos enojábamos nos dábamos patadas, nos aventábamos tenedres y, si por casualidad habíamos visto Beetle Juice –caricatura por la cual nos quitaron el cable-, también salían volando cuchillos.

Para efectos de este relato le pregunté a mi mamá lo que recordaba de cuando yo era niña, y ella tampoco se acordó de mi infancia: “Hijole, Pao —porque me dice Pao—, se me hace que ya no me acuerdo… pero lo que sí es que te metías frijoles en la nariz, y tu papá, o ese señor que dice ser tu padre y yo no nos dábamos cuenta hasta que empezabas a oler raro, y entonces te teníamos que llevar arrastrando con el pediatra, porque también eras muy chillona”.

Mi mamá no me peinaba, me vestía como niño —véase la foto— …en fin, mi infancia no fue una época mejor que la de ahora, y la de ahora tampoco es mejor que aquellos años.

Y para concluir, sólo adicionaré –apelando a su imaginación— un “tan tán” de sonoridad triste.

Circe Vela
¡Pásele a lo barrido!

miércoles, 22 de abril de 2009

Volver

(tomado de nubes rojas, muy recomendable, gracias a Luda por el tip)


La infancia es irreversible
como lo es el azar de nacer,
de encontrarse con otros
y el de perderlos.

domingo, 19 de abril de 2009

Mono y Beticos



Los amores niños de Blanquita son dos:
Mono, su hermano menor y Beto, su sobrino, hijo de Vicky.

A Mono lo apodó su papá así por su guapeza comparada con un muñeco de "sololoy" y desde pequeño ha tenido gran afinidad con Blanca, experimentan una especie de telepatía como la de los gemelos, si a uno le pasa una cosa importante, el otro la siente.


Beticos, así lo llama la tía, él, es encantador y ocurrente, desde niño le prodigó felicidad y compañía en su soledad maternal.

Ambos, Beticos y Mono, divertidos, amorosos, caballeros de los que ya no hay, cuando están con Blanquita es una gran celebración".

sábado, 18 de abril de 2009

Susanita



La imagen es de hace algunos años en El Naranjo, SLP. Susana Lizeth es la niña.

Hoy cumple 15 años, de ahí que sólo se publica la foto, porque toda la historia está por construirse, una página en blanco...

viernes, 17 de abril de 2009

Lizy



Este es el rostro de la inocencia, de una indefensa niña cuya única debilidad es ser ocurrente, creativa...

Toda su vida ha estado soñando como limas frescas y feliz como un domingo cielo, porque todo lo que ha necesitado son un par de alas para volar.

Yo me pregunto: ¿habrá cambiado sus esperanzas por temores? ¿o sus sueños por planes...?

Algún día lo sabremos...

jueves, 16 de abril de 2009

Blanquita


"Blanquita una niña felìz, paseaba con mis papás y hermanos por la "Pérgola", plaza uruapense. Cada domingo nos compraban un globo, el vendedor era fotógrafo también; bajo los árboles revelaba las fotografías "de agua". Yo sostenía mi globo para evitar que se me escapara, con el sentido de posesión propio de los niños, el cuál, transmutado, perduró en mi juventud, asegurando con fuerza lo que me interesaba y que podía escaparse más ligero que el aire, aún así dejé ir la decisión de estudiar Literatura. Ahora en mi madurez no me aferro a nada, por cierto, las letras descienden (en escala temporal) a la prisión de mi pluma, en la cual confiamos (las letras y yo) un vuelo espléndido e inefable".

"Vicky es la mayor y la chiquita soy yo. Como pueden apreciar, mi hermana trae bien puesto su pantalón (blumers) y yo traigo arrastrando el mío. Como primogénita, Vicky continúa protectora y comprensiva conmigo, pero con los pantalones bien fajados.
También yo me fajo muy bien los pantalones ahora, y dado que acostumbro usar falda, también éstas las traigo bien puestas".

miércoles, 15 de abril de 2009

Nunca Jamás

"De la idea encantadora de Peter Pan, donde sólo entre líneas aparece reflejada la monstruosa soledad y tristeza de su condición, a la de una infancia eterna completamente infernal, monstruosa, sólo hay un paso. Si el personaje creado por Barrie resulta […] envidiable […] es porque […] aparece retratado en forma heroica y divertida. Pero con un leve desplazamiento, ese mismo don […] puede transformarse en una auténtica maldición, que convierte a su portador en un monstruo amenazador para quienes lo rodean, el resto de los seres humanos, condenados a crecer y envejecer, y para él mismo, condenado, a su vez, a la soledad, hasta el fin de los tiempos. Parece evidente que, en este sentido, Peter pan no sería otra cosa que... un vampiro".

"Peter Pan era un freak. Sobre infancias eternas y otros infiernos"
Jesús Palacios, en El día del niño. La infancia como territorio para el miedo, Rubén Lardin (ed.), Valdemar, Madrid, 2003

Esta es la imagen de Mark Ryden que está en la portada del libro:

lunes, 13 de abril de 2009

Vita


Elvia es la tercera de cuatro hermanos, de los cuales una, Laura, ya falleció. Los otros hermanos son Roberto (como su abuelo) y Rubén (como su papá), con lo cual en la familia hay "ene" cantidad de Lauras, Robertos y Rubenes (el primer nombre del Crimentalista es Rubén, je), hijos, nietos, y bisnietos, racha que esperamos ya acabe para que los futuros Mendozas tomen otras rutas (¿será cierto que el nombre tiene que ver algo con el caracter de la persona?).

Dos niños y dos niñas, el ideal en la sociedad que busca la parejita a la hora de tener hijos. Ella dice que fue una buena infancia, que hubo muchos juegos. Además de de don Rubén Mendoza, es hija de doña Juana Silva; él, minero, electricista, jardinero y silbador; ella, ama de casa. Los niños anduvieron en San Luis Potosí y en Parral, Chihuahua. En muchas fotos aparece la familia completa, sonrientes todos, a veces con los abuelos Manuela y Crecenciano, más conocidos como Mano y papá Chanito (qué bueno que esos nombres no se repitieron).

Le decían Vita y aquí está en su primera comunión, muy candorosa ella. No suele decir su edad pero hoy es madre de cuatro, abuela de cinco, enfermera jubilada y toda amor.

Ella es la causa de mi complejo de Edipo ("mamitis", le dicen algunos).

sábado, 11 de abril de 2009

Andrea


Esta niña que ven alli en su primer cumpleaños ya había estado dos veces en el hospital: cayó enferma despues de haber sido bautizada ¡en misa de gallo y con un frio tremendo! Y a los siete meses su tio Lolo la tiró accidentalmente desde una altura considerable. Perdió el sentido y todos gritaban y lloraban y al tio lolo hasta se le quitó lo pedo. Gracias a Dios no pasó nada grave, sólo estuvo hospitalizada y quedaron advertidos que ese golpe podría en un futuro traer consecuencias... hasta la fecha toda su familia está esperando a ver a qué hora se vuelve mas chiski de lo que está.

Como todo niño tuvo sus momentos alegres y tristes y, aunque no siempre sonrió, Andrea fue una niña feliz, creció en un nucleo familiar sólido. Cuando cierra los ojos para viajar a su infancia entra y ve el patio igual, con el piso color rojo y lleno de plantas, ve a sus hermanos mayores jugando y corriendo felices. Entra en la cocina y se encuentra con su madre haciendo tortillas, entra en cada cuarto y ve todo intacto y siente el olor de su casa, corre a la sala y se encuentra con su padre escuchando música, como el famoso concorde de Frank Pourcel. Recorre todo esto con su hermanita pegada a ella, como siempre.

Fue una niña alegre, sonriente, coqueta, vaga, que soñaba con ser piloto aviador, que decía que no se casaría ni tendría hijos, que su golosina favorita eran los negritos bimbo. Los hermanos crecieron, papá enfermó, todo en casa cambió pero no sus ganas de ser feliz y sonreir. A sus 37 años con tres hijas maravillosas es feliz, y lo mejor es que todavía tiene su niña interna bien activa, esto la mantiene lejos de la podredumbre y de que no muera el corazón.

Gracias por crear este tunel del tiempo.

jueves, 9 de abril de 2009

Lucita



Lucita es la hija más pequeña de Hipólita Salazar y de don Sabás Galván. El lugar donde nació, una mina en la Zona Media de San Luis Potosí, se consumió en un gran incendio pocos meses después de que ella nació. Aunque su mamá murió hace muchos años todavía hoy la reconocen como la hija de doña Pola, o de la difunta Pola. Había días en que no tenían para comer, por eso casi todos sus hermanos y hasta su papá se fueron pal otro lado, pero a veces iba a ver la tele a casa de un vecino, o le daban alguna moneda cuando bailaba en las reuniones familiares. Morena, como don Sabás, se hizo la lidercilla de la primaria y años después hasta reina de la feria del pueblo llegó a ser, a pesar de todo. A veces llora y a veces ríe cuando se acuerda de su infancia en una familia rural y disfuncional (como la mayoría).

pedagogía de la palabra

"Me ha parecido útil tratar de comprender mejor cómo una "pedagogía de la palabra" podría contribuir a proponer a los niños una conquista por sí mismos de esta doble aventura que construye el espacio y el tiempo imaginarios..."

Georges Jean

miércoles, 8 de abril de 2009

Juguetes

Rabindranath Tagore

¡Qué feliz eres, niño, sentado en el polvo,
divirtiéndote toda la mañana con una ramita rota!
Sonrío al verte jugar con este trocito de madera.
Estoy ocupado haciendo cuentas,
y me paso horas y horas sumando cifras.
Tal vez me miras con el rabillo del ojo y piensas:
«¡Qué necesidad perder la tarde con un juego como ese!»

Niño, los bastones y las tortas de barro
ya no me divierten; he olvidado tu arte.
Persigo entretenimientos costosos
y amontono oro y plata.
Tú juegas con el corazón alegre con todo cuanto encuentras.
Yo dedico mis fuerzas y mi tiempo
a la conquista de cosas que nunca podré obtener.
En mi frágil esquife pretendo cruzar el mar de la ambición,
y llego a olvidar que también mi trabajo es sólo un juego.

martes, 7 de abril de 2009

¿estás ahí? (mariposa)

Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?

lunes, 6 de abril de 2009

Tinna


Mi nombre es María Ernestina, el mismo que tiene mi mamá, y mi infancia fue la más feliz que pude haber tenido, lo cual agradezco infinitamente a mis padres, hermanos y primos; vivíamos en un fraccionamiento alejado de la ciudad de México, por lo que disfrutábamos del silencio, y de jugar en la calle sin peligro de ser atropellados. Confieso que torturé insectos, e hicimos alguna que otra travesura a las casas de los vecinos, pero nos divertíamos todo el tiempo y, tal y como me ven en la fotografía, yo adoraba los columpios. Mi infancia estuvo llena de juegos, aventuras, risas y sueños, yo creía en fantasmas, brujas, duendes, y tiburones silvestres. Ahora, pienso que uno de mis grandes tesoros es recordar mi infancia con esa misma sonrisa que tengo en la foto.

¿Y tú qué oías en aquellos años?

Como muchas, en la familia eran infaltables los discos de Cri-Crí, en acetato, que ponían mis papás al irnos a dormir (más tarde fueron de Los Beatles y rock de los 60s, u Óscar Chávez). La confesión del día: dicen que una vez, yo tendría unos dos años, que no estaba mi mamá me agarré a chille y chille, y mi papá tuvo que cantarme "La boda de los palomos" para que me quedara dormido... lo logró. Pero me creía grande y alternábamos las rolitas infantiles a las siete de la mañana antes de ir a la Benito Juárez, con La Hora de los Beatles y otra música "de grandes" en La Pantera del AM, puro rock. Ayer oí Ma Baker en la radio y buceando en mis lagunas mentales recordé que era un tema de... de... ah, sí, Boney M, que me gustaba mucho. Se me movieron las patitas. Es de 1976 y yo no sabía inglés entonces, pero mi papá nos contó la historia de esa ganster. Me imaginaba que llegaba con mis hermanos y mi mamá a la Comercial Mexicana d Plaza Fiesta para un espectacular asalto. Lo imaginé ayer again.

   

Se vale sobar. La música infantil y la que oían mis primas que a veces la hacían de niñeras es otra historia. Nos queda el mes...

sábado, 4 de abril de 2009

Gema más Juan = Xel-Ha


De Juan Carlos López Narváez y Gema Méndez Estrada
no hubo muchos resultados,
pero hablaré de uno en particular que se llama
Carla Xel-Ha.
El 26 de Octubre del 91 vino a cambiar algunas cosas,
(a revolucionar el bonito cuerpo de su mamá,
por ejemplo)
“Se parece a su abuelito Loli, mucha ceja y nariz
a la vista”,
eso dijeron, (la verdad yo pienso que es por la manera en que reímos).
de humor sencillo y sonrisa fácil, en esa época “molacha” más que fácil.
Luego de cuatro años llegó una hermana y 3 de kinder.
Mi infancia se resume en breve:

Yo era una niña, que todavía soy

…incomprensiblemente feliz.

realismo

"El niño es realista, el muchacho, idealista; el hombre, escéptico, y el viejo, místico."
Johann Wolfgang von Goethe

viernes, 3 de abril de 2009

pudo llamarse...


Raúl Ramírez García pudo llamarse Macuilxóchitl, Hermes Trismegisto, Ibis sin vello, Ix Zotz, Teophile Gautier, Dalí, Debussy, Ingres, Morgenstern, Xenaquis, Eduardo González Lanuza, Mario Benedetti o Gutierre Tibón, pero su mamá, doña Olivia y su papi don Antonio decidieron bautizarlo Raúl, igual que su tío materno. Así pues, Raúl Ramírez García no nació en Europa ni en Sudamérica sino en el ombligo del mundo, México, emitiendo su saludo a la vida al rasguñar la cintura nocturna del 14 de septiembre de 1955.

Al caminar por el impasse de la nostalgia, Raúl encuentra el dragón urbano que a los 5 años le aventó una bocanada de fuego, asustándolo y quemándole las pestañas, mientras su papi Cápero, don Toño, surte a madrazos al tragafuego, reclamándole: «¿Por qué no incineras a tu jefa?» Aparte también halla la música que asocia sinestésicamente a la birria sanjuanera y los tacos de chicharrón, Carmen del Real y..."Hagamos de cuenta que nada pasó." Luego, el Circo Rodogel donde se ganó el boleto dando de comer a los leones, los changos y elefantes, además de ayudar en su rutina al payaso Lucesita y al mago Werus, lo cual despertó su interés por el teatro.

Su maestra Sarita, canosita y chapeteada, lo enseñó a leer estimulándolo con dulces, chocolates y libros que le obsequiaba cada que leía bien frente a sus compañeros de primaria. Después la profesora Rosita lo escogió para recitar en la hora social de los viernes y en los festivales del día de la madre, de los profesores y los héroes que nos dieron patria y libertad que hoy son pretexto para políticos demagogos.

Al enfadarse Raúl de tanta rima vernácula, se interesó en indagar en las bibliotecas para ir más allá de la poesía escolar y de efemérides; gracias a su sed de lector abrevó en León Felipe, Efraín Huerta. Rafael Alberti, Delmira Agustini, Jorge de Lima, Salvador Novo, Wallace Stevens y Eugenio Jabelanu; estos poetas motivaron a escribir a Raúl, aunque su mayor inspiración desde siempre han sido las mujeres misteriosas como la magia y la cultura. Su mayor triunfo es seguir casado con Carmen, mujer de sus sueños, excelente psicóloga y madre de sus hijos: César Raúl, pintor y diseñador; Dalia Mantra, coreógrafa y poeta; y Lluvia Celeste, bailarina y guitarrista. Raúl Ramírez García se enorgullece de sus padres, hermanos, hijos, nieta y esposa, pues son su aliento vital.





Raúl Ramírez García (Guadalajara, Jalisco, 1955). Libros de poemas: Para leer en el baño, Guadalajara, ADREDEdición, 1982. Animoemas, poemas de animalitos para remojar en buena leche, Guadalajara, Alimaña Drunk, 1993. Calibrárboles, Guadalajara, IMCyP-Sederural, 1994. Opercut to poetry, New Mexico-USA, Minor Heron, 1996. Y el libro de cuentos De a pepepo, Edug, 1998.

De José Asunción Silva

Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida
donde es süave el rayo
del sol que abrasa el resto de la vida.
¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!

jueves, 2 de abril de 2009

Regalos

"La infancia es una época maravillosa, en la que a los hermanos se les regala sarampión de presente de cumpleaños".
Peter Ustinov

miércoles, 1 de abril de 2009

Un sueño


"Ay un sueño que no deves dejar que es tu vida un sueño no es cualquier sueño es un sueño que es muy bello y puedes lograr lo mejor y poder tener un sueño maravilloso cuando quieres si quieres tener un sueño feo nada más diles a tus amigos que te cuenten un sueño de terror y tus sueños tristes son muy sentimentales son muy tristes y en esos sueños lloras sin darte cuenta y dices cosas cuando duermes y eso es un sueño de verdad"

"Echo por Coral"
(mi sobrina de 7 años, en julio de 2008)

Bautizo


Como siempre, el escuincle está en todo menos en misa, bueno, sí estaba en misa pero prefería ver qué hacía el hombre con esa máquina extraña. Lo cargan sus abuelos Rubén Mendoza y Juana Silva, ambos ya qepd, y al lado está su madre, Elvia Mendoza. Desde ese tiempo siempre ha sido muy posado para las fotos y eso lo toma todo mundo a chunga. Ni modo, algo ha de haber en los génes. Por eso también le gusta tomar fotos.

(circa 1971. Publicado originalmente en Crimentales)

mamá cuervo

"Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene."
José Martí

martes, 31 de marzo de 2009

De poesías, juegos y luchadores


Armando René Espinosa Hernández
Concurso Estatal de Declamación
Escuela primaria federal "Ignacio Manuel Altamirano"
Matehuala, SLP, 1973.

En el transcurso de la educación primaria una actividad recurrente en la vida escolar fue desempeñar en los honores a la bandera y celebraciones de fechas cívicas el papel de maestro de ceremonias y declamador.

Los programas para festejar fechas históricas siempre incluían breves alocuciones o pensamientos como preámbulo, generalmente hacían referencia a un pasaje histórico, la frase de algún héroe o un pensamiento de algún político. Las poesías eran celosamente seleccionadas, destacaban el suceso a celebrarse o la participación de un personaje, para la toma del castillo de Chapultepec se elegían las dedicadas a los Niños Héroes; para la Independencia fueron frecuentes los poemas a Hidalgo; en octubre no faltaron las consagradas al descubrimiento de América y hasta la de Amado Nervo, "El gran viaje"; en noviembre primero era obligado el acto cívico donde destacaron poemas como "Guadalupe la Chinaca" y "Corrido de Catarino Maravillas", o bien las que reverenciaban los nombres de Madero, Zapata, Carranza o Villa; en el 24 de febrero nunca faltaron las que resaltaban el carácter histórico, patriótico y hasta místico de la Bandera; en marzo las dedicadas a Juárez eran obligadas y desde luego al final del ciclo escolar los poemas de despedida a los condiscípulos que egresaban.

Pero para toda ocasión estaban los poemas costumbristas como "Por que me quité del vicio", "La Chacha Micaila", o bien modernistas como "Nocturno a Rosario", o las que reseñaban las grandes gestas del país: "El idilio de los volcanes", "México creo en ti", "La raza de bronce", "La Suave Patria", entre otras.

Los sentimientos que despertaban los poemas y que René en múltiples ocasiones tuvo que memorizar para rendir pleitesía a los símbolos patrios, contribuyeron a la formación de una idea del pasado nacional, una memoria plagada de prohombres que forjaron la nación y un pretérito lleno de sucesos heroicos.

Pero la poesía también fomentó una sensibilidad, la admiración y respeto a su abuelo Severo, al cual en uno de sus cumpleaños le declamó "A mi padre", de Juan de Dios Peza, que dice:

Yo tengo en el hogar un soberano,
único al que venera el alma mía
y en su corona de cabello cano ,
la honra su ley, y la virtud su guía […]

La amarga prescripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida.
Es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida […]

Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada![…]

La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria.
Es pobre, pero encierra en su pobreza
la página más grande de su historia.

Era un tributo al hombre que se vio forzado a asumir, de algún modo, la paternidad de sus nietos, a quienes sus padres habían abandonado; él desempeñaría ese papel durante toda la vida, sus nietos le darían en la sociedad y en su corazón el lugar que sus padres nunca supieron ocupar, y para ellos el único padre que conocerían sería su abuelo Severo.

René nunca entendió a cabalidad la diferencia del ámbito rural y la ciudad, pero era afortunado al disfrutar la sensación de pureza y libertad que daba la vida campirana. La interacción con los niños acompañándolos en las labores del campo, las largas caminatas para llevar el “lonche” en compañía de sus amigos, a sus papás que se encontraban en las milpas sembrando o cosechando. Los paseos en burro, caballo o carretas trayendo el rastrojo de las parcelas o acarreando agua, y en el tiempo de cosecha disfrutar hasta saciarse de elotes cocidos o asados, con ellos aprendió a ordeñar, y a darles de comer nopal sancochado, maguey o rastrojo al ganado vacuno, pero nunca pudo aprender a tallar lechuguilla.

Los juegos infantiles siguen siendo imborrables, para eso las canicas o cayucos, eran indispensables, se repartían en el “fetis”, “el ahogado”, “el ojito” y la más popular entre todos los chiquillos, la “choyita”. René siempre tenía una dotación importante de canicas o cayucos, su mamá se los traía de San Luis Potosí, en los frecuentes viajes que hacía por su responsabilidad como directora, otra de sus distracciones fueron los “luchadores” que no eran otra cosa que muñecos de plástico sólido que representaban a los héroes del pancracio elevados a la categoría de ídolos populares por el cine nacional, sus preferidos El Santo, Mil Máscaras y Blue Demon. También formaban parte de su iconografía Tarzán, acompañado de tigres, leones flechas y cuchillos, otro era Supermán, siempre en color azul con su capa y escudo al frente y no podía faltar Kalimán, héroe de una historieta del mismo nombre muy popular entre un sector de la sociedad, que se volvió un icono de la cultura popular cuando fue adaptada como radionovela y posteriormente como película; esos muñecos cobraban vida en su imaginación cuando jugaba con ellos entre lo matorrales del patio de la casa del maestro, unos eran hábiles trepadores entre los mezquites, otros nadaban en los charcos que semejaban grandes lagos, cuando se enfrentaban entre sí también morían y eran enterrados entre la tierra, una cruz de cualquier rama recordaba que habían muerto sólo para resucitar en el siguiente juego. La entelequia del juego terminaba cuando de pronto se escuchaba ¡Nando!; la fuerte voz de su madre lo regresaba a la realidad.

Carlos Ricardo

"Mi lejana infancia fue feliz. Yo era un niño consentido, berrichudo, que invariablemente iba con su familia a Veracruz a pasar el verano en casa de su abuelita materna, y que lloraba si no le compraban sus fabulosos carritos Matchbox, ingleses. Era un niño que cantaba Cri-Cri; que jugaba al fut, al beis, a las canicas, al trompo, y sólo Dios sabe qué tantas cosas más. Era un niño que le encantaba salir a pasear con su familia –cuando mi padre estaba y se le pegaba la gana estar disponible. Era un niño burro, distraído y juguetón en la escuela. En fin, era un niño que no sabía que existía la traición, tan común como un resfriado, pero que su padre pronto se encargaría de presentársela, ejercicio hoy refrendado por aquellos a quienes uno considera algo así como que indispensables, como el pan y el oxígeno".

(Carlos Ricardo Tapia Alvarado)

dormir

"Jamás ha habido un niño tan adorable que la madre no quiera poner a dormir."
Ralph Waldo Emerson

lunes, 30 de marzo de 2009

Creo que era mi mamá la que me hizo sonreír


Y ya casi tenía un año aunque el cabello no crecía en ese balón que empezaba a caminar por senderos terribles. Se llamaba Rubén Alexandro, le decían Alex, es el mayor de cuatro hermanos y hay un montón de fotos de cuando cagaba o cuando estaba en la cuna. Se reía en todos y con todos, hacía gestos con ingenuidad y buscaba dónde estaba la broma, aunque nunca lo supo. ¿Dónde se perdió este ser que hoy trata de hilar palabras para acceder a una realidad ansiosa de autodestruirse?

Han pasado más de treinta y cinco años y este ser no existe más, o quizá sí, pero no estoy seguro de si porque dicen que es soy yo. Me gusta creerlo, pero tal vez sea sólo un recuerdo y la coincidencia de un nombre en el que algunos pusieron sus esperanzas fallidas. Algo queda dicen de la infancia y ojalá podamos mostrar si fuimos, si somos y cómo se dio ese cambio.
Erase que se era la infancia..
Bienvenidos.