viernes, 9 de abril de 2010

Los niños y el teatro (en San Luis Potosí)

Por Antonio Trejo (Markosblues), dramaturgo y periodista independiente
(tomado de su blog Red Cultura San Luis)
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Es el mes de abril y por consecuencia aprendida, relacionamos este periodo con el festejo tradicional de homenaje a los niños. El 30 de abril celebramos en muchas partes del mundo el día del niño, día de fiesta, regalos y sobre todo reconocimiento a quienes en su sano desarrollo son la alegría de la casa o la familia.

El mundo del niño visto a través de la óptica de los adultos parece ahora mucho más lejano de su palpable realidad. Esto no significa una mala intención del adulto, diríamos más bien una mala percepción de la actualidad y la forma en que el niño se desenvuelve en el mundo automatizado de ahora. Bajo esta premisa, y con un mundo cambiante día a día, seguimos sin embargo aferrándonos a viejos principios y conductas ya caducas en su mayoría.

En el arte, a pesar de promover una actitud de apertura y diálogo con las nuevas generaciones, aún subsisten ideas y actitudes que van en contra del sano desarrollo de los niños. Igualmente, muchos programas educativos y programas de atención a este sector de la población se han visto rebasados no sólo por la inoperancia de su metodología sino por la inoperancia de sus maestros e instructores, que acostumbrados a planear estrategias y planes de trabajo desde la comodidad de un escritorio, dejan pasar de largo la práctica directa con los niños.

El teatro, nuestro gran aliado, ha sufrido a lo largo de su desarrollo, no sólo en México sino en todo Latinoamérica, un atraso ancestral que raya en la ignorancia y la complicidad. En nuestro país la excepción hace la regla, pues solo algunos profesionales del arte han evolucionado sus tendencias para acercar la expresión artística de calidad al sector infantil.

La gran mayoría de grupos y compañías siguen produciendo espectáculos cuyo objetivo principal es el beneficio económico, y esto no tendría nada de malo de no ser porque un gran porcentaje de estos espectáculos de corte infantil se apoyan en viejas historias ya muy rebasadas por la imaginación, y poco creíbles para los niños de ahora. Espectáculos infantiles con alusiones a los héroes y villanos de la pantalla, recreaciones muy “ñoñas” de aventuras espaciales, y toda una parafernalia obras de teatro que apelan más al recurso facilón y los sentimientos de falsa ternura… ejemplos, todos los cuentos teatralizados de Pinocho, Harry el mago, El patito feo, Power Rangers, Bambi, Jonás y la ballena… espectáculos de botargas de Barny, Bob Esponja, Naruto, Lazzy Town, Pokemon, y toda una serie de personajes de la televisión que poco o nada tienen que ver con la realidad de los niños.

Y pese a este panorama tan desolador para el teatro infantil o teatro para niños, sabemos que existen profesionales del arte escénico cuyas propuestas artísticas van más allá de la simple representación y no se contentan con solo mostrar una parte de la realidad contemporánea, sí no que apuestan a crear en el niño espectador, una cualidad sensible que los haga entender desde su propia concepción del mundo, un panorama que le permita al niño desarrollarse sensible y emotivamente de una manera acorde a su propia visión…es decir, permitir al niño el disfrutar de un espectáculo escénico que le muestre no solo lo divertido que puede ser el teatro, sí no que también le enseñe y motive valores a desarrollar en su práctica cotidiana junto con sus compañero de clase, sus amigos, maestros o familiares.

En este contexto me vienen a la memoria los nombres de algunos de estos grupos, actores y directores que a lo largo de mis años de práctica tuve el gusto de conocer, convivir, aprender y disfrutar junto con ellos de buenos momento en la práctica del teatro para niños. Sin duda la mejor recomendación de quien esto escribe serían, en orden cronológico, los siguientes grupos y directores.

El grupo La Carrilla, AC, con quienes tuve el gusto de trabajar, llevaron a escena algunos espectáculos de corte infantil, siempre comprometidos con la calidad del discurso escénico y el contenido de su mensajes, eso sí, con muchos menos recursos técnicos y económicos, pero siempre dejando una grata impresión en cualquier teatro, foro o plaza al aire libre en que se presentaban.

El Grupo 55, de Larry Silverman, es otro referente del teatro para niños en la escena nacional, a la par de sus talleres pedagógicos y asesoría a los grupos nacionales.

Maribel Carrasco, y su dramaturgia contemporánea internacional y sensible, que recrea los mejor del mundo onírico infantil y los hallazgos afortunados de situaciones muy propias de los niños de hoy en día. Anexamos una pequeña entrevista con esta gran mujer del teatro en México.

Mención aparte merece el grupo “Cuentamundos” y la organización de sus dos festivales nacionales de teatro para niños y sus múltiples presentaciones de narrativa oral.

Y, más reciente en el ámbito local, el proyecto de “El Regreso de los cuentos vivientes” bajo la dirección de Tadzio Newman y Eloísa Zapata, con quienes tuve el gusto de platicar.

La nota no estaría completa si omitimos el trabajo que poco a poco va consolidando la Compañía Estatal de Teatro Infantil “Gampagalúz” que dirige la maestra Amparo Alvarado, y que tan buen papel ha realizado en las muestras nacionales de teatro infantil, bajo la coordinación del programa “Alas y Raíces a los niños” los auspicios del CONACULTA, y la Secretaría de Cultura local.

Hasta aquí un breve resumen del quehacer teatral para niños, sus propuestas y algunos de sus resultados.

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